martes, 31 de mayo de 2011

Córdoba en el Cairo

Entrevista a Gonzalo Greco, baterista de Humo del Cairo. Un trío de guitarra, bajo y batería en plano de igualdad. Una alfombra sobre la que se despliegan tres vigas conectadas, que conforman una pared de sonido maciza y densa que combinan con elementos de rock psicodelia y blues. 
 Cinco años de firmeza para Humo del Cairo que ya ostenta un disco editado por Meteor City, (sello que cimentó las bases del stoner- rock) y haber acondicionado el escenario para: Nine Inch Nails,  Black Rebel Motorcycle Club, The Mars Volta, Spiritualized, The Jesus and Mary Chain, Judas Priest y Queens of The Stone Age (una de las bandas fundamentales del género).
Volumen II será el nombre el próximo disco. En él participa Gonzalo, quien ingresó a la banda a fines del año pasado y asumió el compromiso de integrar una de las bandas más representativas del género stoner en el país.

¿Cuál es el sonido que te gusta generar cuando tocás y porqué?
-Explosivo, denso, grave, vintage, el bombo tiene que ir de la mano con el bajo para generar una pared de graves que te golpea constantemente (casi sin kick). Platillos de medidas grandes con mucha proyección para generar un colchón de sonidos  con mucho volumen. Afinaciones bajas y usando parches Remo Emperor Clear o Control Sound.   
¿Cómo armaste tu set para sacarlo cuando grabaste el último disco de Humo del Cairo?
-En el segundo disco de Humo del Cairo trabajé con Andy Vilanova como drum doctor, hicimos hincapié en un sonido grave y  potente que variaba según la canción. Sentarse a escuchar que te pide el tema era el trabajo antes de grabar. Para lograr ese sonido usamos una batería Ludwing  Vistalite (de acrílico) con medidas 26” 16” 18” y variábamos a 26” 14” 18”, el set de platos fue una pareja de 15” Zidjiam A Custom, crash 21” Zidjiam Avedis A Custom Rezo, ride 22” Paiste 2002, crash de 20” Paiste Rude. Los redoblantes fueron  Sonor Signature Danny Carey  14x8 con casco de bronce,  Dw Edge series maple/brass 14x8 y Bronze Collectors 6,5x14. El tema de los micrófonos estuvo totalmente a cargo del ingeniero Alejandro Ortiz.
El disco esta completamente grabado en vivo para generar un sonido crudo y por sobre todas las cosas orgánico, al no usar click y tocar en vivo, justamente se genera el metrónomo del organismo y eso nos parece buenísimo. La sala desprendía un sonido muy explosivo,  con mucho volumen,  fue perfecto para terminar de cerrar la idea.   
¿Cuál es el cuerpo que predomina cuando se escucha tu batería? 
-El cuerpo que predomina lo dicta la canción, en el ultimo disco de Humo uso mucho los toms. 
¿En qué estado se encuentra Volumen II?
-Está  en instancias finales de lo que sería la grabación propiamente dicha. Después de
dosmeses de composición y uno de grabación, esta semana es el turno de las registrar las
ultimas voces y overdubs. El sábado Alejandro Ortiz ingeniero del disco viaja a Lóndres donde
va ser mezclado. La verdad, estamos muy contentos de cómo esta quedando  Ale captó muy
bien lo que nosotros queríamos. Nos sentimos muy cómodos con él durante todo este
proceso.  Ese clima de amistad llevó a que ejecutemos los instrumentos de una manera
particular y única, hay temas que se grabaron de una sola toma y justamente eso buscamos
en Volumen II, que sea directo, espontáneo.
¿El nombre del disco guarda alguna relación con Pappo, quien también denominaba así
a sus discos, o es mera casualidad?
-El nombre nace por que el disco no es conceptual, es directo, espontáneo, sin buscarle una
vuelta de mas, entonces nos pareció que si llevaba un nombre específico no nos
representaba. El eje hacia el cual queremos que se concentre la atención es concretamente,
Humo del Cairo sonando. La verdad que inconscientemente el nombre del disco tiene que ver
con Pappo que de una forma u otra nos influenció tanto él y varias bandas argentinas como
 Manal y Color Humano.
¿La batería soñada para tocar con Kyuss?
-Pregunta para  Brant Bjork o Alfredo Hernández.
¿Y para tocar con Led Zepellin?
-Pregunta para Bonzo.


P.M.

lunes, 16 de mayo de 2011

FITO PASO POR GEBA




El músico Rosarino cerró su gira nacional “Confía” en el estadio porteño, donde se dió el lujo de tocar con Litto Nebbia y homenajear a Gustavo Cerati. El cantautor confió en el clima y conjuró el tiempo para que el show sea perfecto.
Ni la amenaza de lluvia, ni el frío, pudieron detener el recital que convocó a unas 14 mil personas en el estadio ubicado en el barrio de Palermo. Con un escenario imponente y pantallas de Led que iluminaban el estadio, Fito, abrió el recital con “Confía”, el corte difusión de su último trabajo discográfico que le da nombre a la gira.
Si bien la velada empezaba tranquila y con poco movimiento de los espectadores, la furia se desató tras el “Cómo te va Buenos Aires” y el aluvión de temas clásicos que lo siguieron, como “Llueve sobre mojado”, “11 y 6”, “El amor después del amor”, “Thelma y Louise” y “Naturaleza Sangre, entre otros hitazos que hicieron que Rodolfo Páez sea otra leyenda del rock nacional.
Con un traje amarillo y una polera naranja, fiel a su estilo, el rosarino no decepcionó a su público que le exigía o esperaba que toque sus clásicas canciones. Así pasaron “Dar es dar”, “Ciudad de pobres corazones”, “El diablo de tu corazón” con versiones bien rockeras, distintas a lo que se acostumbraba a escuchar de Fito.
EL momento más emotivo del show fue cuando le pidió al público que cantaran todos juntos la nota “SI” para Gustavo Ceratti y así comenzar a interpretar “Puente”, el tema del ex Soda Stereo editado en su segundo trabajo como solista, “Bocanada”. Sin embargo este no fué el único momento fuerte de la noche, ya que Litto Nebbia subió y se sentó en el teclado pintado para deleitar al público con “Sólo se trata de vivir”. Leonardo Sujatovich fue otro de los artistas que participaron del show con el que Fito aprovechó para hacer cantar a las 14 mil personas la inagotable “Un vestido y un amor”.
Los últimos temas del recital (antes de los bises) fueron La Rueda Mágica”, “Circo Beat”, “Polaroid de locura ordinaria”, “Brillante sobre el mic” y “Ciudad de pobres corazones” en versiones muy rockers que hicieron vibrar a todo GEBA, pero a pedido del público y haciéndose esperar unos minutos, Fito cerró su gira con “A rodar mi vida”, “Buena estrella” y “Mariposa technicolor”.
Los músicos que acompañaron al grandioso Fito Páez fueron Diego Olivero y Juan Pablo Absatz, en teclados; Carlos Vandera, Coki Debernardi y Dazy Espeche, en guitarras; Eloy Quintana, en bajo; y Gastón Baremberg, en batería.

ENTRE PLATOS Y TAMBORES

Foto: Anita Garcia Q


Ernesto López Osornio se desempeña como baterista de la banda de latin swing The Toritos and de Berries que tocó por última vez el 19 de marzo de este año en Groove. Sus comienzos fueron en la ciudad de San Martín de los Andes, donde se desempeñó desde los 16 años en bandas de rock y metal progresivo.  Con 24 años de edad, el estudiante de la Licenciatura en Composición Musical de la UNLP comienza su carrera marcando el tempo

¿Cuáles fueron tus referentes cuando empezaste a tocar?
 El primero que me sorprendió fue Lars Ulrichel baterista de Metálica, pero a medida que  escuchaba música iba descubriendo otros artistas. Al principio metaleros y rockeros. Más tarde, con un poco más de conocimiento fui investigando algunos más sofisticados, por decir de alguna manera, artistas que no están encerrados en un solo género, como Vinnie Colaiuta, Dave Weckl o Dennis Chambers. Hoy los referentes van más con el estilo, no hay uno que envuelva todo.

The Toritos and the Berries tiene un  estilo que oscila entre el latin swing  y el funk en algunos momentos. ¿De donde sacás ideas? ¿De qué compositores?
Saco bastante de bateros latinoamericanos, como por ejemplo del brasilero Airton Moreira que tiene arreglos muy interesantes, sobre todo en lo que respecta a la Bossa Nova. Busco mucho del jazz, bateros de la época de la Big Band y música latina (cumbia, salsa, merengue). Todo lo que tiene que ver con la independencia donde hay que tocar un set de percusión adentro de una batería.

Hablemos del groove.  ¿Solo es aplicable a canciones por encima de un determinado tempo o todas las canciones tienen groove?
Para mí el groove es esa cosa que te hace mover en la batería, si tocás punk, por ejemplo, además de que el tempo debe ser exacto tiene que tener mucho groove.  En la Bossa Nova,  la batería acompaña desde más atrás y el groove  lo lleva la guitarra, entonces ahí podemos hablar de que la batería debe  tener tempo pero no groove. En el caso del funk o el jazz la batería sí o sí tiene que tenerlo, toda la música de raíz negra es fundamental que lo tenga.

Existen dos métodos fundamentales para estudiar batería. El estadounidense, con libros como el “Stick control” y el “Gary Chester” o el  europeo con métodos más tradicionales que provienen de la música clásica. Como alumno, ¿cuál te gusta estudiar?, y como profesor ¿cuál te gusta enseñar?
Lo que pasa es que yo te respondería como un alumno más avanzado. Me gusta el estadounidense, creo que te da más herramientas para lograr el groove del que hablábamos, va más directo al grano y no es tan monótono como el europeo. Para mi uno de los mejores libros es el Gary Chester´, justamente por los ejercicios combinados que te ofrece. Bases que te llevan a lograr una independencia tanto en los brazos  como en las piernas. El europeo no deja lugar para jugar demasiado. Así que como alumno y profesor me gusta el estadounidense, sin embargo enseño los dos